jueves, 28 de febrero de 2008

miércoles, 27 de febrero de 2008

El muérdago

El Viscum album, más vulgarmente conocida por el muérdago, se trata de un arbusto de color verde que puede llegar a medir hasta un metro. Tiene el tronco corto, pero las ramas son abundantes y repetidamente ahorquilladas. Vive semiparásito encima de las ramas de varios árboles, sobre todo de hoja caduca (manzanos, álamos, pinos,…). Las flores nacen agrupadas de 3 a 5 sobre plantas masculinas o femeninas. Las masculinas presentan cuatro pétalos muy pequeños y cuatro estambres sin filamentos. Su color es verde amarillento. Su fruto es una baya blanquecina, translúcida de 6 a 10 mm y con una sola semilla.
A los pájaros les encantan estas bayas, una vez se las han comido, se desprenden de sus semillas pegajosas restregando su pico contra las ramas de los árboles. De esta manera, las semillas quedan fijadas sobre el árbol huésped, produciendo unas raíces especiales que empiezan a absorber la salvia de la planta invadida. Se trata de una planta semiparásita ya que es capaz de sintetizar parte de su alimento mediante la energía solar.
Medicinalmente hablando sus propiedades fundamentales son las siguientes:
Baja la tensión arterial y regula el ritmo cardiaco inyectándola por vía intravenosa. También se puede consumir en infusión de hojas (una cucharadita por taza) o cocciones de corteza (10gr.por litro). Por otro lado es, además antiepiléptica (para ello tomar tres tazas al día de infusión) y antirreumática (aplicando una compresa de la cocción de hojas secas sobre la zona que sufre dolor reumático).
Y Llegamos por fin a las propiedades mágicas:
Los antiguos druidas la utilizaban para preparar diversas pociones mágicas. Estos magos celebraban en las fiestas del solsticio de invierno una especial ceremonia para recoger el muérdago. La utilizaban para protegerse de los rayos, de la maldad, de las enfermedades, para ayudar a las mujeres a la concepción y hasta para hacerse invisibles. Además, su nombre es de origen celta y significa "curalotodo".
La mitología afirma que esta planta nace cuando cae un rayo sobre el árbol, convirtiéndose así en símbolo de unión entre la tierra y el cielo. Actualmente es conocida, como la "la planta de la suerte". Se dice que el muérdago traerá suerte y felicidad a aquellos amantes que se besen debajo de ella en especial en la época de Navidad pero no necesariamente.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Las tres pipas

Una vez un miembro de la tribu se presento furioso ante su jefe para informarle que estaba decidido a tomar venganza de un enemigo que lo había ofendido gravemente.
¡Quería ir inmediatamente y matarlo sin piedad!
El jefe lo escuchó atentamente y luego le propuso que fuera a hacer lo que tenía pensado, pero antes de hacerlo llenara su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del pueblo.

El hombre cargó su pipa y fue a sentarse bajo la copa del gran árbol.
Tardó una hora en terminar la pipa. Luego sacudió las cenizas y decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo pero que si le daría una paliza memorable para que nunca se olvidara de la ofensa.
Nuevamente el anciano lo escuchó y aprobó su decisión, pero le ordenó que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla al mismo lugar.
También esta vez el hombre cumplió su encargo y gastó media hora meditando.
Después regresó a donde estaba el cacique y le dijo que consideraba excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su mala acción y le haría pasar vergüenza delante de todos.
Como siempre, fue escuchado con bondad pero el anciano volvió a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las veces anteriores.
El hombre medio molesto pero ya mucho más sereno se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue convirtiendo en humo, su tabaco y su bronca.
Cuando terminó, volvió al jefe y le dijo: "Pensándolo mejor veo que la cosa no es para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo. Así recuperaré un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho".
El jefe le regaló dos cargas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie del árbol, diciéndole:... "Eso es precisamente lo que tenía que pedirte, pero no podía decírtelo yo; era necesario darte tiempo para que lo descubrieras tu mismo".