jueves, 29 de noviembre de 2007

VAMPIROS

La palabra "vampiro" viene de las lenguas eslavas (del alemán vampir, que se deriva del polaco temprano vaper y éste a su vez del eslavo arcaico oper; con raíces indoeuropeas paralelas en el turco y en el persa). Significa a la vez "ser volador", "beber o chupar" y "lobo", además de hacer referencia a cierto tipo de murciélago. Suelen ser de aspecto delgado y lánguido, con largas uñas y piel mortecina, poseen una fuerza sobrenatural y pueden convertirse en criaturas como lobos, ratas o murciélagos cuando se siente en peligro. Son seres poderosos, pero no humanos. Alguna vez lo fueron, pero ahora están muertos, o mejor dicho, no-muertos y necesitan sangre fresca para vivir. Pueden infectar a otros al morderlos, y convertirlos a su vez en vampiros al darles a beber de su propia sangre.
La mayoría sólo puede ser destruida por la luz del sol o al ser decapitado. Pero los verdaderos vampiros, los primeros, llamados Nosferatu, sólo pueden morir si se introduce plata bendita en su cuerpo y no hay sangre cerca de ellos en ese momento; de lo contrario, simplemente su cuerpo se destruirá sólo para reconstruirse nuevamente.
Si se le clava una estaca en el corazón, según unas fuentes, el vampiro no muere, sino que queda paralizado mientras tenga la estaca clavada. Pero según otras, si muere, pero hay que dejar la estaca clavada. Y debe ser de madera de ciertos árboles, como el roble.
Los verdaderos Nosferatus pueden soportar la luz del sol, aunque la odian. Los demás vampiros no la soportan, ya que puede destruirlos o herirlos gravemente. Si les da la luz del sol a los vampiros de baja categoría pueden morir pero si llegan a tiempo a la sombra, pueden curar sus quemaduras pues tiene gran capacidad de regeneración.
También se les pueden alejar con ajo pues lo odian por su olor fuerte. Y tampoco toleran el olor a rosas.
Debido a su consumo de sangre permanece eternamente joven. Es capaz de transformarse en una nube de polvo o vapor, trepa por las paredes con la facilidad de un insecto y, al menos de un modo limitado, es capaz de controlar la furia de los elementos. En Drácula se afirma también que sólo puede entrar en un edificio si se le invita previamente y que tiene que dormir en un ataúd que contenga algo de su tierra natal.
En cuanto al crucifijo y el agua bendita, es algo que Stoker (el autor de Drácula) se sintió obligado a incluir en su novela dado el carácter fanáticamente religioso de la sociedad de su tiempo, pero no parece que tengan más fuerza que la de su propio simbolismo. Esto significa que si el vampiro era cristiano cuando estaba vivo, puede sentirse espantado ante tales símbolos, pero si no lo era, no servirán de gran cosa.

No hay comentarios: